La exploración de superficies digitalizadas para la búsqueda y elaboración de facultades que sirvan a nuestra razón se ha materializado con el mouse, con los dispositivos móviles. Tenemos acceso a espacios de información y somos capaces de articularlos.
Pero no estamos capacitados todavía para traer hasta nuestra cultura sensorial las tramas de la literatura como si compartiéramos el mismo espacio tiempo en el aquí-ahora. Tal insinuación de lo mismo se presenta con la televisión en tercera dimensión y el cine; pero no llegaremos a producir la convivencia de la creación natural a que pertenecemos con las situaciones que crea nuestra mente hasta que participemos del mismo material de fondo que constituye las cosas.
La posibilidad de tener una prótesis (como el mouse u otros dispositivos móviles que penetran y alteran las representaciones de nuestra imaginación en el mundo digital) en el universo de la creación natural permitiéndonos contactar con las creaciones humanas seria la convergencia entre la mente y las mentalidades. Si el material del fondo oscuro tanto materia como energía fuera posible alterarlo a nuestra voluntad, podríamos preparar el ámbito del cuarto de la felicidad según la lectura que quisiéramos hacer o nos permitieran hacer.
Una biblioteca preparada para accesar a cuartos diversos de felicidad; para generar estas transformaciones en el espacio tiempo conquistando cada vez, un universo de tolerancia que nos eleva a esa calidad no tan grafica como corporal estaría dominada por el efecto Orfeo que es capaz de colocar debidamente el tiempo de las cosas apresurando desde la lectura de un dispositivo, la actividad de una naturaleza equivalente que reproduce criaturas de las ideas.
Esa plasticidad del fondo oscuro que forma entidades a partir de la actividad del efecto Orfeo, no es mas que la plasticidad que tiene el tiempo en el universo de ajuste para colocar las frecuencias participantes de forma adecuada. La naturaleza celular no es solo codificación sobre una frecuencia, es multiplicidad de frecuencias que participan en el código de la secuencia que por ruido blanco constituyen la unicidad de cada elemento participante. No es nota, es acorde.
El despegue de las formas de la superficie sucederá con la participación según el guion que resulte interesante de una composición de frecuencias que dan su hito en el contexto. A diferencia de contar en el argumento con fuerzas oscuras y potencias, son ajustes que van brotando por reacción en cadena de un guion soportado en un código de intervalos que dan con las existencias para convivirlas. Se presenta ante nosotros entonces la apoteosis del acto creativo sin que las fuerzas se mellen unas a otras. Todo por ajuste.
Los cuartos de la felicidad estarán ahí y el premio también para poder llegar a vivenciarlo. Pero uno mismo debe estar entrenado para la experiencia, Uno mismo debe estar en la unicidad también para dejarse llevar por las circunstancias que el guion impone. El estado de flotabilidad cuantica que se mueve sin tocar, respetando las formas que aparecen y nos permiten el ejercicio de la presencia debe estar entrenado para que no se vaya el encanto. Cada vez que lo hacemos nos adaptaremos mas a la singularidad de la vivencia que se basa en el respeto a lo que compartimos. Las conversaciones, las relaciones siempre serian de mucho respeto con la creencia de lo cierto. Faltar a esto seria como poner algo metálico al microondas.
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