La entrada en escena de un
protagonista laborioso que decide sobre la continuidad del funcionamiento de la
sociedad y que nos convierte en vulnerables, obliga a meditar si esto ha sido
un artificio o la evolución natural está transgrediendo las fronteras de las
especies. Se ha publicado que existen evidencias de que hubo investigaciones
para producir tal engendro. Y también otras indican que es de origen natural
por el procedimiento tan inusual de su contagio.,
Estamos
perplejos?.
Todos
razonamos ante nuestra conciencia. Y el peligro de nuestra herencia es
evidente. Está en juego la existencia como especie.
Y
en este encierro para no contagiarnos elaboramos preguntas y respuestas sin
salida, esperando que los que están a cargo con sus programas y acciones nos
liberen del misterio. Como otras veces.
Pero
resulta que en otras ocasiones no hubo tanta información, Tantas especialidades
implicadas. Hay recursos utilizándose en trazar las mutaciones y describir la
vía de infiltración en cada país.
Aquí
me salta la inquietud de que aparezca un enfermo que no tenga vinculo. El
eslabón perdido. Y que venga la noticia de que el principal depredador de la
herencia es nuestra madre naturaleza. Que ya toca luchar cara a cara con
nuestra propia MATRIZ.
Siendo
así la batalla, entonces el virus que nos habita, que tiene la estrategia de
mantenernos enfermos con poco índice de mortalidad, para provecho de favorecer
el contagio y validarse, PERMANECERA y habrá que acostumbrarse. Tendremos una
libertad mediatizada por su presencia.
Indiquemos
que la razón por la que existe tal batalla no es moral. Que no es por problemas
de conducta. Que no es una respuesta de la naturaleza a nuestra desenfrenada
carrera por sostener un CONTINUO del tiempo y que hay que respetar el INTERVALO.
Eso ocurre, pero no es por eso. El tema es: Que hay que saber cómo se da la
vida. Esta vida que tenemos y que no sabemos generarla. Que aprovechamos los
recursos que existen, pero no sabemos nada de cuáles son las circunstancias a
juntar para que se de la VIDA.
La
VIDA es una casualidad en la tierra. Y como ha surgido sin propósito y ha
prosperado exitosamente, por propia génesis viene un agente nuevo (que tiene el
código fuente, el SECRETO) y nos desprestigia: Teníamos planes de ir a Marte y
no podemos ir ni a la esquina. Y caemos en el aprieto de no saber cual va a ser
nuestro nuevo código de conducta, ni los nuevos reglamentos de la policía. Ni
de los gobiernos.
Es decir que si aparece un eslabón
perdido y las vacunas no son tan aplicables porque el virus sigue encontrando oportunidades,
mutando, y escapándose de nuestro universo del conocimiento. Entonces estaremos
ante el desconcierto total.
Y no habrá líder creíble, ni investigación
en curso, ni pensamiento validado. Solo la fe respaldada por las costumbres de
cada civilización nos guiara en el trayecto de la conformidad.
Nos gano el origen mismo. Nos hicieron
nuestros antepasados y no tenemos la llave de nuestra verdad.
Ante una perspectiva así, a mí me
intriga ver lo que vieron los maestros y no nos lo dijeron, después de darnos
su aporte según el contexto, ellos más allá de su tema comienzan a explicar la metafísica
de sus conceptos. Y hasta allá nos va a obligar la batalla por producir el ESCUDERO.
Hay fuentes recurrentes
Newton y su teoría de los fluxones,
Leibniz y sus monadas.
Ambos llegaron a describir las derivadas
e integrales. Pero esto es parte de un sistema operativo del universo que vibra
y sus resonancias crean el TEMPO, de cada cual. NO es el TIEMPO, es el TEMPO.
Porque somos individuos. ENTES.
El VIRUS SABE… y nosotros sin la explicación
del “ALMA” (en esos términos está el darse la mano con la enzima).
NOTA: Espero que mis afirmaciones no
tengan lugar y que todo se resuelva en breve tiempo, con los trabajos de los
laboratorios y el conocimiento existente.
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